A veces, a penas se puede apreciar, casi
oculto en la felicidad por el comienzo de sus nuevas vidas. Pero otras,
se sumergen en él, porque su decepción es tan absoluta que sólo pueden
sentir desconfianza. Como entenderéis, estamos hablando del miedo, y para darle forma y figura os vamos a presentar a nuestro dulce Bart.
Bart llegó al refugio a principios de agosto, desde un pueblo de Málaga donde dejó de ser útil para un cazador. No traía heridas ni señales importantes, pero estaba completamente aterrorizado. Con sólo dos años, no sabemos qué le hizo entrar en ese estado de terror, del que muy poquito a poco, con mucha paciencia y amor de nuestros voluntarios, fue asomando su hociquito.
Al principio no podíamos ni mirarlo, porque instantáneamente se hacía sus necesidades encima. Dormía detrás de su cama, arrinconado completamente en la esquina, intentando escudarse. Con algunas pautas y dándole espacio conseguimos que se relajara un poco en nuestra presencia, que saliera al patio e incluso que comenzara a interactuar con otros perritos.
Hace cosa de un mes una de nuestras voluntarias, dedicada a la etología y adiestramiento canino y felino, se lo llevó en acogida para comenzar una terapia. Junto a la pequeña Taika, Bart ha comenzado a entender la otra cara de la 'vida de perros': jugar, correr, recibir mimos, coger chuches... ¡ser un perro sano y feliz!
Y sí, este perrito con pánico también quiere una familia que lo sepa cuidar, que le de todo el tiempo y amor que necesita. Porque su nueva vida no ha hecho más que empezar, y nosotros vamos a procurar que nunca más vuelva a sentir miedo, porque le queremos.
Así que ahí va la pregunta: Y tú, ¿quieres a Bart?
Bart llegó al refugio a principios de agosto, desde un pueblo de Málaga donde dejó de ser útil para un cazador. No traía heridas ni señales importantes, pero estaba completamente aterrorizado. Con sólo dos años, no sabemos qué le hizo entrar en ese estado de terror, del que muy poquito a poco, con mucha paciencia y amor de nuestros voluntarios, fue asomando su hociquito.
Al principio no podíamos ni mirarlo, porque instantáneamente se hacía sus necesidades encima. Dormía detrás de su cama, arrinconado completamente en la esquina, intentando escudarse. Con algunas pautas y dándole espacio conseguimos que se relajara un poco en nuestra presencia, que saliera al patio e incluso que comenzara a interactuar con otros perritos.
Hace cosa de un mes una de nuestras voluntarias, dedicada a la etología y adiestramiento canino y felino, se lo llevó en acogida para comenzar una terapia. Junto a la pequeña Taika, Bart ha comenzado a entender la otra cara de la 'vida de perros': jugar, correr, recibir mimos, coger chuches... ¡ser un perro sano y feliz!
Y sí, este perrito con pánico también quiere una familia que lo sepa cuidar, que le de todo el tiempo y amor que necesita. Porque su nueva vida no ha hecho más que empezar, y nosotros vamos a procurar que nunca más vuelva a sentir miedo, porque le queremos.
Así que ahí va la pregunta: Y tú, ¿quieres a Bart?
Galgos
en Familia, Málaga
Contacto: adopcionesesp@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario