Brujo pasó toda su vida recorriendo el sur de la geografía Española, cambiando de casa, de dueño, de normas, de caras, pero siempre con un mismo objetivo: ser el mejor. Hasta que a su último dueño dejó de serle de utilidad y decidió llevarlo al veterinario a eutanasiar. Y ese fue el último y primer paso de su nueva vida.
Brujo no es un perro, es un Señor perro, todo un Don Galgo que lleva en Asturias cerca de un mes. Es un galgo de tamaño grande, y todo lo que tiene de grande lo tiene de bueno, de elegante, de bello, de cariñoso… Después de 6 años ha aprendido por fin lo que son las caricias, le encantan…las busca constantemente. No tiene miedos y se lleva bien con perros y con niños, aunque no es apto con gatos. ¿Quién no desea un compañero así?
Contacto: galgoastur@gmail.com
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